Siempre he dicho que los posters se convierten muchas veces en el trampolín que nos impulsa a ver una película… no importa lo buena o mala que sea.
Éste es el caso de Surrogates, la última cinta de Bruce Willis donde el argumento es tremendamente bueno pero el resultado es bastante mediocre.
No obstante, como una campaña complementaria a los posters oficiales, estos gráficos fueron utilizados para promover la cinta. En ellos es factible apreciar de un sólo golpe, el fondo y no la forma de la producción, mostrando que por más perfecta que sea la vida a través de una máquina, nunca podrá sustituir a la experiencia humana.
Lo que fascina de esta serie de gráficos no es sólo su poder conceptual, sino las toneladas de sensualidad que se descomponen al llegar a la parte metálica.