Príncipe de Persia: Las Arenas del Tiempo

Entré a ver al Príncipe de Persia con la expectativa de pasar un buen rato, y con la intención de quedar capturado por la aventura que marcaría el inicio de una nueva saga para Disney. Con suerte, podría tratarse de una nueva franquicia (a lo Piratas del Caribe) que dejara con ganas de más, y que nos llenara del tono de aventuras en un ambiente de medio oriente, con diseño de producción exótico, con movimientos y escapes imposibles y, en fin, con todo lo que queríamos ver.

Al acabar la proyección, salí de la sala con la sensación de que se este Prince of Persia es una gran oportunidad desperdiciada. Una gran desilusión, y más cuando ya era parte la audiencia cautiva.

La trama de Prince of Persia es sencilla pero con potencial: El adoptado Príncipe Dastan (Jake Gyllenhaal) inicia el ataque a una ciudad donde se sospecha que venden armas para atacar el imperio. La princesa Tamina (Gemma Arterton), misteriosa y bella, defiende la inocencia de la ciudad, y con ello inicia la aventura: en el festejo de la batalla, el Rey muere envenenado por un regalo de Dastan, lo que provoca un exilio forzado del Príncipe que, además, tendrá que lidiar con Tamina y sus intenciones, protegiendo una daga mágica que controla las arenas del tiempo, una especie de máquina del tiempo antigua (con reloj de arena, obviamente) y tratando de que su tío Nizam (Ben Kingsley) le ayude a recuperar la confianza de sus hermanos, incluido el nuevo Rey que quiere atrapar al asesino de su padre.

A partir de aquí, una aventura y una trama simple al nivel de las historias del videojuego (aunque sin aprovechar al máximo las correcciones temporales gracias a la arena que existen en el juego original) y con los clichés habituales del género: amor-odio en la pareja estelar, traición, batallas, toques de humor y épica. Sin embargo, la suma de todo en Príncipe de Persia no termina de cuajar y se queda a medias de prácticamente todo.

El fallo es real. La cinta no destaca y ese es el principal problema: sólo se pedía una aventura bien lograda, nadie pedía seriedad, ni apego histórico, ni siquiera realismo (justamente se paga por ver el videojuego adaptado, por movimientos y escapes imposibles, muros escalados con ayuda de flechas, saltos en los tejados), y el resultado queda en una cinta desbalanceada, con excesos visuales sin sentido, ritmo pobre, actuaciones medianas, una pareja con poca complicidad y química, y hasta un actor de la talla de Ben Kinglsey que se queda acartonado y que parece totalmente fuera de contexto. Si sumamos los excesos visuales (por ejemplo la secuencia de la arena y el duelo entre el traidor y el príncipe en el núcleo de las arenas, o las batallas con los Hashshashin), tenemos ya suficiente tristeza como para quedar desilusionados, y recalco que no buscaba más que diversión.

Sabemos que el productor Bruckheimer se especializa en entretenimiento explosivo, y que se trata claramente de una cinta hecha para ser un blockbuster veraniego, con lo que sólo se valora el resultado en ese contexto de cine dominguero y de palomitas, y aquí ni siquiera la aventura y la validez de una cinta hecha ‘sólo para divertir’ salva a la cinta del director Mike Newell (Harry Potter y el Cáliz de Fuego), aún cuando cuenta con un equipo que logró una fotografía y una edición correctas.

Hablando de lo que le espera, seguramente funcionará para una audiencia joven y masculina (y que disfrute de excesos visuales) pero su principal fallo será que no ha logrado ningún tipo de conexión con otros grupos, lo que reducirá sus ingresos finales. A diferencia de cintas como Piratas del Caribe, que lograron audiencias mayúsculas al captar la atención de todos y dejarnos con ganas de más desde el inicio, este Príncipe de Persia se queda muy lejos de cautivar y de convencernos de que la espera de más cintas de la saga vale la pena.

Sí, el actor estelar reunió mucho músculo para el rol, sí, el hermano del rey es un gran actor y sí, se apela al videojuego y sus movimientos como motivante pero, en mi caso, me temo que buscaría las arenas del tiempo para regresar y pedir a los productores y estudio que lo vuelvan a hacer y lo hagan mejor. Mucho mejor.