The Karate Kid

He de confesarme generación Karate Kid… una cinta que de ninguna manera fue una obra de arte y sin embargo se convirtió en un clásico de los 80´s. La actuación inolvidable de Pat Morita, acreedora a una nominación de la Academia, en el rol del sabio profesor Miyagi, quedó grabada con fuego en la mente de muchos. En este contexto, la sola idea de hacer un remake ya era muy arriesgada, no obstante he de decir, que la nueva versión de Karate Kid, cuyo verdadero nombre debió ser Kung Fu Kid, es una cinta bastante digna y que con todo derecho, escribirá su propia historia.

Para sustentar esto, baste decir que esta nueva película tiene secuencias, fotografía y locaciones bastante bien logradas y a pesar de que para muchos carecerá de elementos sorpresa, ya que prácticamente es una copia fiel de su antecesora, el producto es lo suficientemente entretenido para que valga la pena pagar por él.

Ambientada en China, con extraordinarios parajes, incluyendo la Gran Muralla, y sustituyendo el karate por el Kung Fu, esta realización narra la historia de Dre Parker y su madre viuda, quienes tienen que emigrar de Detroit a China luego de que ésta es transferida por la compañía de autos donde labora. Allí, Dre es objeto de bullying al querer defender a una simpática niña violinista… claro que no es lo mismo sufrir esta violencia en América donde al menos se puede enfrentar en igualdad de circunstancias a sus agresores, que en China, donde las artes marciales son algo común para muchos y en especial y tristemente para algunos abusadores, devenidos de malos maestros de Kung Fu.

La historia, como ya es sabida, lleva al pequeño Dre a conocer a Mr. Han, quien es el encargado de mantenimiento de su edificio pero también un inédito maestro que le llevará a conocer los caminos del Kung Fu, explicándole que no es sólo una forma de pelea, sino un estilo de vida.

Dre es interpretado por Jaden Smith… sí, el hijo de Will Smith y a quien ya vimos en la conmovedora En busca de la Felicidad, y hay que decir que el chico va por buen camino, ya que le logra imprimir al rol una simpatía inusitada, además de lograr con impresionante habilidad, las escenas de arte marcial. En el papel de Mr. Han, la figura de Jackie Chan luce bien, alejándose por completo de lo que fuera la mística de Miyagui pero inyectándole una personalidad propia, más joven, más práctica, con mejor humor, aunque quizás también, algo más cruda y solitaria. En fin, un rol muy distinto pero bastante aceptable.

Por supuesto que la cinta es inverosímil en muchos sentidos, incluyendo el que un pequeño pueda aprender a defenderse de forma tan magistral en tan corto tiempo o que en China prácticamente todos hablen inglés… pero es una cinta de ficción, es un producto cuasi infantil y, en medio de todo su sinsentido, la historia trabaja bien y logra buen ritmo e interesantes secuencias, como la del teatro de sombras o el desenlace en el torneo.

Sorprende el buen trabajo de Harald Swart, director, quien llegó a este trabajo con no muy buenas credenciales, y sin embargo se redime, desarrollando una cinta bastante aceptable si tomamos en cuenta el riesgo que encaraba.

Personalmente puedo decir que sigo prefiriendo la original pero estoy seguro que a las nuevas generaciones les gustará más ésta y tendrán todo su derecho y razón… sin embargo habrá algo que no podrá ser igualado, y es el maravilloso soundtrack ochentero que tuvo aquella versión y su posterior secuela.

La recomendación… buena película para iniciar las vacaciones de verano, un producto muy funcional enfocado a niños y jóvenes teenagers, pero disfrutable incluso para el público adulto, quien al menos suspirará y al interior pensará ¿Tanto tiempo ha pasado ya?