La Vecina de al Lado / La Chica de al lado

Todo mundo la vió venir… menos su nuevo novio

Matthew Kidman (Emile Hirsch) tiene muchos proyectos en la cabeza; es el Presidente estudiantil de su generación, ha ahorrado 25,000 dólares para traer por buena voluntad a un estudiante desde Camboya y está a punto de ingresar a una de las mejores universidades del país a través de una beca por “Integridad”. Grandes proyectos para una mente de dieciocho años. El problema es que Matt jamás ha tenido novia, nunca ha salido a divertirse y sus dos mejores amigos son tan sólo un par de nerds sin remedio. Matt necesita un milagro… Y ese milagro se encarna sensualmente en Danielle (Elisha Cuthbert, Kim, en la serie televisiva 24), la recien llegada chica de al lado, que es por azares del destino… ¡Una estrella porno! El problema es que Matt será el último en saberlo.

El suceso que los enlaza es un cliché muy gastado, pero que funciona de forma adecuada; Matt descubre a través de la ventana, a su sexy vecina mientras ésta se desnuda; la chica se percata y se lanza a timbrar en la puerta de su precoz espía; cuando los padres de éste salen a recibirla, ella argumenta que es nueva en la ciudad y pregunta si su hijo pudiera mostrarle los alrededores; el joven no tiene escapatoria y se ve forzado, por instrucciones de sus padres, a acompañar a su incauta streaper, que habrá de cobrarse con la misma moneda.

De aquí surge una relación amor-odio incisiva en un inicio, que inevitablemente recuerda a la vivida en la inolvidable Risky Business, entre el entonces desconocido Tom Cruise y la arrebatadora Rebecca de Mornay; una cinta mal valorada en su tiempo, 1983, pero que se ha convertido en un referente inevitable para toda producción que encara la relación siempre turbia entre un joven inexperimentado y una sexo-vividora.

The Girl next door carece del impacto y la sorpresa de aquella, sin embargo hay que aclarar que su comparación puede resultar futil desde el momento que no comparten ni siquiera el género. La película que hoy divierte a los cinéfilos no es otra cosa que una comedia que se torna ácida por instantes, pero es un producto teenager al fin y al cabo. Risky Business inicia como una comedia, pero en varias secuencias escala hasta convertirse en un thriller dramático.

La cinta del director Luke Greenfield, despega bien, picaresca, hasta cierto punto inteligente, pero después, tropieza por la mitad, cayendo en un bache del que sale librada únicamente a través de recurrir a situaciones inverosímiles que transforman lo que pudo ser un nuevo referente del género, en una agradable pero simple comedia pasajera, que pese a sus fallas divierte y cumple con el objetivo de entretener.

Aunque carente de profundidad y consistencia en los personajes, el cast es exitoso en su química. Elisha Cuthbert enamora – uhm, no, mejor dicho – ¡seduce a la cámara! y cumple perfectamente con el estereotipo; sin embargo, quizás el rol más interesante sea el de Kelly (Timothy Olyphant), quien funge como el “administrador” de los favores de Danielle; un tipo drogadicto, vividor, cínico y agresivo pero tremendamente carismático al que continuamente le estafan sus grandes ideas.

The Girl next door cuenta con un soundtrack bastante acertado y se posiciona como una simpática comedia teenager que sobresale del promedio soso del género, sin embargo, hay que decirlo también, Greenfield paga el precio de su novatez y una brillante oportunidad se le escapa de las manos.