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The Blind Side: Crítica

Una cinta ligera pero bien realizada que combina en una misma fábula, el duro deporte de las tacleadas con lo dulce de una historia que por inverosímil que pueda parecer, está inspirada en la vida real de un jugador profesional de la NFL.

Conocida en México como «Un Sueño Posible«, debo decir que tal vez no sea la persona idónea para escribir una crítica imparcial de esta cinta porque, mea culpa, soy un fan recalcitrante del deporte de las tacleadas.

Una vez dicho esto, podemos comenzar diciendo que The Blind Side inicia con una de las escenas más estrujantes que la NFL ha tenido en toda su historia, un furioso blitz por parte de Lawrence Taylor golpeando al quarterback de Washington, Joe Theismann, rompiéndole dos huesos de su pierna derecha; un sack que obligó a la impresionante estrella pielroja, a retirarse definitivamente.

A raíz de ese incidente, no sólo la vida de Theisman cambió, sino la de toda la NFL de acuerdo con la cinta, reconociendo la importancia del tacle ofensivo que protege el lado ciego (the blind side) del quarterback. Justo allí es donde inicia la historia de esta película, inspirada en la vida real de Michael Jerome Oher, actual tacle ofensivo de los Baltimore Ravens en la NFL, a quien da vida el novato Quinton Aaron en una interpretación bastante aceptable del personaje.

Una historia de vida impresionante en la que literalmente un desposeído, hijo de una madre drogadicta, salido de uno de los barrios más miserables de su ciudad y prácticamente sin educación, se convierte en estudiante reclutado por las mejores universidades del país para ser incluído como estrella en su equipo de fútbol americano.

El catalizador de este cuento de hadas es Leigh Anne Tuohy, bien desarrollada por Sandra Bullock, aunque medio Hollywood haya sentido náuseas cuando le entregaron el Oscar por este papel ya que su rol en Crash fue aún más intenso y fue ignorada por la Academia (de hecho es la primera en ganar un Razzie y un Oscar en un mismo año). Leigh Anne, exitosa diseñadora de interiores, hiperkinética, elegante y armada (o al menos eso asegura), prácticamente recoge a Michael de las calles y le impulsa, a través de empatía y no de lástima, a convertirse en el atleta que llegó a ser.

La cinta, dirigida por John Lee Hancock al más puro estilo de los filmes clásicos familiares, muestra lo que la vida debiera ser, aunque no sepamos en realidad qué tantos retoque tuvo de su historia original, ya que hay que decirlo, es una verdadera moraleja sobre el bien ser, el bien hacer y los resultados que esto acarrea, por lo que se convierte en una película de buena manufactura, fácil y ligera que tiene un inequívoco sabor a la escuela Disney.

Además de Sandra Bullock y Quinton Aaron, la realización es soportada básicamente por Sean, el esposo de Leigh, interpretado por el cantante de música country, Tim McGraw; la hiija de ambos, a cargo de la bella Lily Collins y el Benjamín de la familia, interpretado por el carismático Jae Head quien le pone pimienta al filme al convertirse en el mejor amigo de Oher.

Narrar el argumento sería burdo pues la cinta misma se sustenta básicamente en ello y en su buena dirección a cargo de Hancock, quien ya había mostrado buena mano para los filmes deportivos con The Rookie.

Una cinta amena, sencilla de digerir y apta para toda la familia, una fábula de la vida real de las que pocas veces suceden y cuando lo hacen, son dignas de llevarlas a la pantalla.